DESARROLLO
SOSTENIBLE Y COLAPSO AMBIENTAL.
UNA PERSPECTIVA ISLÀMICA
Fazlun
M. Khalid

Cumbre
Mundial sobre Programa Paralelo de Desarrollo Sostenible
Convención Islámica sobre Desarrollo Sostenible
Fundación Nacional Awqaf de Sudáfrica
1 de Septiembre de 2002

EN APRIETOS
El
hecho de que cerca de cincuenta mil personas desde líderes nacionales
a activistas de comunidades rurales de cada rincón del mundo estén
ahora en Johannesburgo para participar en esta Cumbre ha de significar
que los asuntos referidos al Desarrollo Sostenible están siendo
tomados ahora seriamente por las personas en todos los niveles sociales.
Global Environment Outlook 3 (GEO 3) (1), el informe publicado por la
UNEP* con ocasión de la Cumbre, merece una seria lectura. El párrafo
de introducción a su Informe Sumario (2) le da a uno una idea de
la intrincada naturaleza del problema, sin importar cuán arduamente
los escritores traten de mostrarse incluso hasta parcos; la Conferencia
de las Naciones Unidas de 1972 sobre el Medio Ambiente Humano realizada
en Estocolmo constituyó una línea divisoria en el moderno
ambientalismo; grandes progresos se han hecho desde entonces en colocar
el tema del ambiente en agenda, tanto a nivel local como nacional e internacional;
ha habido una proliferación de documentos sobre planes de acción
al respecto, nuevos regímenes legislativos e instituciones y “un
reconocimiento inexpresado de que el tema del ambiente es demasiado complejo
para la humanidad como para ser tratado en cualquier sentido”. (El
énfasis es del autor)
Las
decisiones adoptadas en Estocolmo se dice que han tenido influencia en
el gobierno, la actividad económica, la legislación ambiental
internacional, las relaciones bilaterales y han influenciado también
las maneras de vida individuales y sociales. Sin embargo, hay problemas.
El medio ambiente se encuentra todavía en la periferia del desarrollo
socioeconómico. Adicionalmente, la pobreza y el excesivo consumo
ejercen una gran presión en el medio ambiente y el desarrollo sostenible
permanece como una realidad largamente teórica para la mayoría
de la población mundial de 600 millones de personas [sic]. En una
palabra, más allá de los discursos, los informes escritos,
la legislación y la generación de instituciones, muy poco
progreso se ha hecho en este campo. “Ha habido un inmenso cambio
tanto en las condiciones humanas y ambientales en los últimos treinta
años” (3), para mal, personificadas en la creciente brecha
entre las naciones ricas y pobres y el estado deteriorado del medio ambiente.
Esto le lleva a uno a la conclusión obvia de que si no empezamos
a actuar con la necesaria rapidez hoy, estaremos dejando a las generaciones
futuras en un serio aprieto.
De
manera alarmante, no parece haber un consenso ministerial ni siquiera
en los países desarrollados como el Reino Unido que podría
ser contado para dar a la idea del Desarrollo Sostenible un impulso en
la dirección correcta.
Esto
se refleja en los vergonzosos desacuerdos públicos (4) entre ministros
que forman parte de la delegación británica para la Cumbre,
uno afirmando que esta reunión es acerca del desarrollo y el otro
afirmando que es acerca de la conservación. Una fuente en The Economist
(5) asegura que “el Desarrollo Sostenible rompe con el corazón
de la relación de la humanidad con la naturaleza” y previene
respecto a la contradicción inherente que hay en la búsqueda
del crecimiento económico, el cual es “el mejor medio conocido
para ayudar a los pobres” y los estragos que esto podría
tener en el planeta si no es tratado con cuidado. La fuente observa adicionalmente
que “la total magnitud del desarrollo económico que se espera
para las siguientes décadas hace parecer inevitable que los conflictos
entre la humanidad y la naturaleza aumentarán de forma peor”.
Esta es una sopa con ingredientes desagradables en la misma.
A
la par que la gente plantea grandes preguntas, las soluciones se desbordan
amplia y rápidamente. Qué tiene precedencia, el desarrollo
o la conservación? La respuesta depende de si eres un economista
o un conservacionista. Pero el Desarrollo Sostenible ha debido arreglárselas
para casar ambas cosas a la palabra mágica “sostenible”
como en el Brutland de 1987 (6). Sin embargo el debate continúa.
¿Acaso no ha sido exagerada la postura ambientalista? ¿No
pueden las fuerzas del mercado y los arreglos tecnológicos solucionarnos
este acertijo? ¿Es acaso la naturaleza tan sacrosanta como para
que la preservemos a costa del bienestar humano? ¿Debería
el progreso sacrificarse en pro de la naturaleza? ¿Acaso la solución
no aparece en la manera en que las naciones ricas han lidiado con este
problema? Poluciona conforme a tu progreso y luego limpia los deshechos
en algún momento en el futuro.
A
pesar de toda la evidencia en el sentido de que la capacidad de resistencia
del planeta está siendo severamente puesta a prueba hay una feroz
resistencia a la idea de la sostenibilidad en los grandes lobbies comerciales.
Esto nos hace recordar la década de los 50 y 60s cuando la industria
del tabaco presionó y trabajó para negar cualquier vinculación
entre el fumar y el cáncer de pulmón. Ahora ellos están
pagando millones por daños a aquellos que sucumbieron al hábito
de fumar y sufrieron sus consecuencias. El gran comercio es la fuerza
detrás de la decisión del gobierno americano de retirarse
del Protocolo de Kyoto respecto al Cambio Climático.
Uno
de los argumentos detrás del paliativo de las fuerzas de mercado
es el de las emisiones de comercio en donde las empresas e incluso los
países pueden comprar y vender créditos negociables por
polución. Pero, ¿quién le pone un precio al medio
ambiente, a la naturaleza? Algunos se han atrevido a intentarlo. En un
artículo en el diario Science (7) un grupo de economistas ecológicos
“estima que el ratio total de costo beneficio de un programa efectivo
para la conservación de la naturaleza salvaje es 100:1”.
Los servicios de la naturaleza son valuados en “cerca de un promedio
grueso de $ 38 trillones”. Es decir que la naturaleza ahora se ha
convertido en una industria de servicios. Aquellos que se preguntan si
la tecnología podría salvar al planeta también deberían
reflexionar en lo que la tecnología le ha hecho en los doscientos
años pasados. ¿Nos hemos vuelto adictos o no? Tiene la naturaleza
de una droga en la que a pesar del daño sistemático que
nos ha hecho a nosotros y a otros sistemas vivos, ansiamos incluso preparados
más drásticos de lo mismo.
Esta
cumbre es esencialmente una manifestación de la globalización
y podría decirse para calma de la misma que una respuesta global
es necesaria para un problema global que esencialmente escapa al poder
de la mayoría de las personas representadas en Johannesburgo para
este encuentro. Ninguna mención se hace en la GEO 3 de la Organización
Mundial del Comercio (OMC) que varios consideran como la bete noir del
Desarrollo Sostenible. Es una organización basada en el afán
del lucro y en lo principal sirve los intereses de las Corporaciones Multi
Nacionales (CMN). El Desarrollo Sostenible no está en la lista
de sus prioridades (8). Cinco CMN control el 50% de los mercados globales
en asuntos aeroespaciales, electrónica, automóviles, aerolíneas
y acero; cinco controlan el 70% en artículos duraderos; cinco controlan
el 40% en petróleo, computadoras personales y los media. El 51%
de las más grandes economías hoy son de CMN, no de países
(9). También es interesante notar que las ventas de 200 compañías
representan el 28.3% del PBI mundial y que estas empresas emplean solamente
el 0.75% de la fuerza mundial de trabajo (10). Esto debería sonarnos
la alarma para el Desarrollo Sostenible, toda vez que fuerzas poderosas
trabajan en contra del mismo. Ya que el mundo es guiado por la economía,
es bueno ser consciente de que una de las máximas de dicha disciplina
es la utilización de recursos escasos en su más eficiente
(es decir, rentable) uso posible. El Desarrollo Sostenible no figura en
esta ecuación. De cualquier manera, el Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su último informe (11) invita
a que hayan mercados más abiertos y recuerda a los países
industrializados que sus subsidios a la producción y la exportación
le cuestan a los países pobres pérdidas en exportación
mayores a los 56 mil millones de dólares que esos mismos países
reciben anualmente en ayudas. El compromiso del comercio libre por parte
de los países ricos es simplemente superficial, toda vez que los
asuntos de la política doméstica toman la precedencia.
LOS
APETITOS DE LA DEMOCRACIA
La
democracia no es un nuevo fenómeno ni es una invención del
Occidente. Ha prosperado en las sociedades humanas de muchas maneras y
lo que se propaga hoy en día es una forma política que ella
ha adaptado con la modernidad para servir a las necesidades de la modernidad
misma. La modernidad destruye y devora las culturas tradicionales y las
sociedades y tiene un apetito voraz por los recursos limitados de la naturaleza.
La modernidad junto con su vínculo indisoluble al Estado y al mercado
no deja a ningún individuo libre de la influencia del mercado (12).
El mercado no es más hoy el de la comunidad local, en donde los
participantes tienen propósitos e intereses comunitarios. La economía
moderna, cuyo alcance actual es global, desvaloriza y destruye todo un
campo de actividades humanas, redes humanas, solidaridad, cooperación
y reciprocidad (13). Lo que surge de esto es una forma egoísta
de consumismo individualista, que está destruyendo la cohesión
comunitaria y la solidaridad. Este individualismo es ilusorio, toda vez
que niega la verdadera posibilidad de elegir, habiendo sido los individuos
“funcionalizados” y transformados en “dientes y máquinas”
(14). La aldea global es ahora una cultura global homogeneizada definida
ampliamente en términos económicos. Emergió a través
de la progresiva disolución y destrucción de las antiguas
culturas tradicionales y de la marginalización de las grandes religiones
por lo que ha venido a llamarse el orden científico secular (15).
Otro escritor observa que la fuerza motriz de la modernidad es su obsesión
con el éxito; su aspiración a crear una gran sociedad es
ilusoria y totalitaria si se la mira en perspectiva, toda vez que ella
ve a todas las otras sociedades como irracionales. Él describe
a la modernidad como la violación de los valores tradicionales
ancestrales y observa una lucha titánica entre ella y la tradición.
La sociedad tecnológica que ella adopta tiene tendencias deshumanizantes
(16). Mucho de ello se encuentra encerrado en la difícil situación
de las comunidades tradicionales de África y otras partes del mundo
en la actualidad.
La
modernidad se introdujo en la era de los estados-nación, utilizó
el nacionalismo al servicio de la autoridad estatal y promovió
los intereses nacionales como el criterio de la política estatal
(17). La democracia funciona al servicio de los intereses del estado nación,
esto es, para el pueblo de dicho estado y no para el pueblo de los otros
estados. El “producto neto interno”** tiene la prioridad,
y ésta es la razón de porqué los Estados Unidos se
retiraron del Protocolo de Kyoto acerca del Calentamiento Mundial. Desde
esta perspectiva parecerá natural que los políticos compitan
entre sí en ofrecer a sus votantes más y más altos
estándares de vida. El partido que vende el mejor paquete gobierna
a un electorado tranquilizado hasta el siguiente “round”.
De cualquier modo, hay un problema de orden mayor con esta situación
superficialmente aceptable. Los altos estándares de vida se producen
a expensas de un planeta limitado. Como muestra la imagen del satélite
Landsat de 1972, el mármol azul en el espacio tiene límites.
Pero eso no es todo. Las naciones compiten unas con otras para estar en
el primer lugar de la liga del ingreso per capita, la liga del PBI, etc.,
medidas todas de bienestar económico que crecen inexorablemente
y de manera “no sostenible” cada año. El informe del
PNUD (18) otorga a Noruega el primer lugar en su lista de Desarrollo Humano.
Pero, a la par que decimos “bien hecho” Noruega, debemos asimismo
preguntar si ello se ha alcanzado de una manera sostenible y preguntarnos
asimismo si ello no es una invitación para que el resto de países
sigan el ejemplo. Sería interesante hacer una comparación
entre las huellas ecológicas que dejan tras sí las primeras
diez naciones en el ranking de 173 países, y las del resto.
Tenemos
aquí dos agencias de las Naciones Unidas que no hablan exactamente
el mismo lenguaje, a pesar de que, evidentemente, ellas tienen una idea
acerca de la sostenibilidad. Esto causa preocupación y también
es una paradoja desconcertante que las agencias globales difundan las
democracias locales con tanto vigor. ¿Quién habla ahora
de los Inuit de Norte América, cuando su espíritu, su cultura,
su manera de vida, su democracia están ahora destruidas? ¿Quién
hablará del número cada vez menor de tribus de Latinoamérica
o de las comunidades –que están desapareciendo- de África,
a medida que la globalización absorbe sus almas hacia su vorágine?
A alguien debe de habérsele ocurrido que las comunidades tradicionales
alguna vez vivieron de manera sostenible y en armonía con su entorno,
antes de que la modernidad interviniera para cambiar sus vidas.
En
el capítulo 5 de GEO 3 (19) hay algunos pasajes mesurados que invitan
a uno a ver a través de ellos. Se pide a los ricos que consideren
cambios en el consumo, indicándose así una reducción
en el consumo y un cambio en los estilos de vida. ¿Quién
en las democracias desarrolladas va a escuchar esto? Los lunáticos
y los conservacionistas pueden entusiasmarse con esta idea, pero esto
choca contra la base misma de la razón de ser del moderno estado
nación y de la democracia misma. Los estándares de vida
sólo van en una dirección y ello ya es un hecho. Ésta
es la razón de porqué el 90% de los recursos del mundo son
consumidos por el 20% (20) de los ricos en el mundo, todos ellos una pequeña
minoría de los que viven en el mundo desarrollado.
La
prosperidad está estrechamente ligada a la capacidad de tratar
con los problemas ambientales, pero también es una de las principales
fuerzas detrás del consumo excesivo, el cual es la causa de otros
problemas con efectos de amplio alcance (21). Pero hay más sobre
esto que lo que se puede ver a simple vista. Los altos niveles de educación
y la comunicación masiva han beneficiado a los países prósperos,
y hay entre ellos cada vez más tanto conciencia como apreciación
de los asuntos ambientales. Pero la educación es un arma de doble
filo. Las personas normalmente se educan para incrementar sus estándares
de vida, para prosperar y así convertirse en más grandes
y mejores consumidores con los consiguientes problemas ambientales. Así
es cómo el sistema funciona. La correlación directa entre
la educación y la degradación ambiental no es un argumento
contra la educación en sí misma pero sí lo es para
un cambio drástico en su orientación, de una educación
fijada en las carreras individuales, a otra que inculca más amplias
responsabilidades. Entonces ¿cómo explicamos las mejoras
ambientales en los países ricos? Mucho de la polución se
exporta a otra parte. Los países en desarrollo se están
volviendo rápidamente las bases de manufactura de las corporaciones
multinacionales, siendo uno de los principales factores para ello la mano
de obra barata y no organizada. También Europa, por ejemplo, habiendo
agotado sus recursos materiales fácilmente explotables, importa
sus requerimientos principalmente de África. Pero al hacer ello
Europa puede estar impidiendo los proyectos de desarrollo de los países
africanos mismos. Adicionalmente, “los ratios de producción
[europeos], no sostenibles, están usando los vertederos del planeta
para sus deshechos, los que en el futuro no estarán más
disponibles” (22). África y sin duda muchos países
del mundo en vías de desarrollo están siendo absorbidos
hacia prácticas no sostenibles de los países más
ricos a un gran costo para su futuro desarrollo. Los conglomerados mineros
multinacionales actuaron con gran celeridad para obtener vastos derechos
mineros en el Congo con el Gobierno que sucedió al régimen
de Mobuto.
GEO
3 de hecho sugiere que la reducción del consumo excesivo por los
países más ricos debería ser una de las áreas
clave de atención para asegurar el éxito del Desarrollo
Sostenible. Pero cuando esto se vincula al alivio de la pobreza en los
países pobres, como casi siempre se hace, pierde su impacto conjunto.
Ambas cosas no son iguales. Ciertamente la quinta parte que consume el
90% de los recursos mundiales, tiene proporcionalmente más responsabilidad
que los cuatro quintos que consumen el restante 10%. “Las preocupaciones
económicas y políticas han atascado los intentos de cambiar
los hábitos de consumo a través de nuevas políticas
o instrumentos” (23). Ésta es una cuidadosa manera de decir
que los ricos no están listos para el cambio. Pero quién
puede culparlos – así es la democracia. Generosos para criticar
cuando hay tiempos de crisis en otras partes del mundo, traten sin embargo
la idea de imponerles impuestos por desarrollo sostenible.
UNA
FÓRMULA ISLÁMICA
¿Son
los musulmanes parte del problema o parte de la solución? Es triste
pero muchas cosas apuntan a lo primero.
Según
lo que ahora comprendemos como modernidad avanzada, a medida que una ética
secular se filtraba en la psique musulmana y el desarrollo industrial,
los indicadores económicos y el consumismo devinieron en parámetros
de gobierno de la sociedad, ha habido una correspondiente erosión
de la percepción islámica y un marchitamiento de su comprensión
del nexo sagrado entre la humanidad y el resto de la naturaleza (24).
“La
creación de los cielos y de la tierra sobrepasa a la creación
de los hombres;
sin embargo, la mayoría de los hombres no sabe”.
(Al Quran 40:56) (25)
“Silent
Spring” es un trabajo primordial escrito por Rachel Carson en 1962.
Tiene la reputación de dar al movimiento ambiental moderno un fuerte
empujón en la dirección correcta. Fue en cierto sentido
una llamada a despertar “que muchos consideran un punto de quiebre
en nuestra comprensión de las interconexiones entre el medio ambiente,
la economía y el bienestar social”. Pero ¿dónde
han estado los musulmanes todo este tiempo? El Corán encierra esta
idea sucintamente así:
“De
Allah es cuanto hay en los cielos y la tierra. Allah rodea todas las cosas”
(Al Quran 4:125)
Podría
decirse que estamos devorando la entraña que nos nutre y nos proporciona
socorro. Pero no siempre fue así. Hubo un tiempo, no hace mucho,
cuando todas las personas en esta tierra vivían en estrecha afinidad
con la naturaleza. La Tierra no era vista como un recurso económico.
“El desarrollo” con sus consecuencias destructivas y “el
progreso” con sus consecuencias contaminantes son palabras zumbantes
inventadas en la última mitad del último siglo. Aquellos
que inventaron estas palabras se han vuelto cada vez más ricos,
según quisieron para los otros lo que querían para ellos
mismos, y se han vuelto más fuertes a medida que devoraban con
ferocidad cada vez mayor los recursos limitados que son los derechos de
nacimiento de esos otros.
Habiendo
sido el Islam y las otras tradiciones reducidas a religión, superstición
y magia negra hoy hay solamente una manera prevaleciente de entender las
cosas y es el secularismo. El Desarrollo Sostenible es una idea secular,
inventada por instituciones seculares para hacer frente a un problema
de proporciones gigantescas creado por una postura secular. Cómo
hemos sido seducidos por ello es tema de otra discusión, pero aquello
que nos ha seducido amerita al menos un examen sumario. En esencia, la
diferencia entre el Islam y la ética secular puede ser reducida
a dos factores. Uno de ellos es nuestra actitud hacia la existencia y
nuestra relación con la naturaleza. El otro se trata acerca del
elemento que hace que el mundo vaya en un giro tambaleante hoy en día
– el dinero.
La
visión tradicional, que incluye la de Occidente, fue cambiada por
lo que hemos venido a conocer como la Ilustración, la cual tuvo
sus orígenes en el siglo dieciséis en Europa. Aquellos acontecimientos
usualmente son vistos como el tiempo en que la ciencia empezó su
dominio por sobre la religión. Richard Tarnas (26) observa que
esta tendencia alcanzó su madurez en el siglo diecinueve, teniendo
por resultado final un cambio radical de la alianza psicológica
entre lo divino y lo humano. Descartes, el filósofo y matemático
francés, finalmente abrió una brecha en el dique del antiguo
orden al escindir la mente del cuerpo y proclamar una visión dualista
en su conocida frase “Pienso, luego existo” (cogito ergo sum).
El fruto del dualismo entre el sujeto racional y el mundo material fue
la ciencia, incluyendo la capacidad científica de interpretar de
manera inteligible ciertos aspectos del mundo material y de hacer del
hombre, en palabras de Descartes, “señor y poseedor de la
naturaleza”.
Esta
visión se encuentra en colisión con la manera en que el
Islam le enseña a los musulmanes a ver el mundo. Sólo hay
un señor y poseedor de la naturaleza y es el que la ha creado,
Allah Subhanawu a Ta`ala. Esto está inequívocamente expresado
en la primera línea del primer verso del Corán:
“Las
alabanzas a Allah, Señor de los Mundos”
Al Quran 1:1
Y
en el último verso –
“Di:
Me refugio en el Señor de los hombres.
El Rey de los hombres.
El Dios de los hombres ...”
Al Quran: 114: 1-3
Dos
filósofos de la Escuela de Frankfurt, Adorno y Horkheimer, escribieron
en los cuarenta (27): Desde la Ilustración (alrededor de los siglos
17, 18 y 19) se desarrolló una manera de pensar que fue vista como
una liberación de los hombres del miedo (esto es religión),
estableciendo la soberanía de éstos sobre todo lo que veían,
escuchaban y tocaban. Las vidas de los hombres están controladas
por hombres por un grupo de reglas determinadas por los hombres. La humanidad
se encuentra aparte de la naturaleza y la naturaleza se vuelve un objeto
que es manipulado, controlado y explotado. Esto se hace para el beneficio
de la humanidad. El resultado de esta confrontación con la naturaleza
es la enajenación de los hombres de su propia naturaleza. La lucha
por controlar la naturaleza externa termina en una lucha interna en la
especie misma. Como Seyyed Hossein Nasr observa: “hay casi un total
desequilibrio entre el hombre moderno y la naturaleza como lo atestigua
casi cada expresión de la civilización moderna que busca
ofrecer un desafío a la naturaleza en vez de cooperar con ella”
(28).
En
pocas palabras, las formulaciones filosóficas de Descartes convirtieron
a la raza humana en un predador. Porque lo que él estaba “proponiendo
era una nueva revelación religiosa, una revisión radical
de la naturaleza que realmente no le había ocurrido a ningún
otro animal social” (29) ni a ninguna civilización previa
en la historia humana. El Corán nos muestra a dónde pertenecemos
–
“La
marca original de Allah, con la que ha marcado a los hombres al crearlos.
No se puede reemplazar la creación de Allah”
Al Quran 30:29
La
humanidad fue creada con la marca natural de la naturaleza y siendo parte
de ella, su rol está definido con este mismo patrón. Ésta
es a la vez y al mismo tiempo tanto una simple como lúcida definición
ecológica de nuestro lugar en el orden natural –
Allah
creó la humanidad como parte de Su creación original para
funcionar dentro de Su esquema original. Entonces fuimos sujetados a las
leyes inmodificables de Allah como el resto de la creación, haciéndonos
–a un nivel biológico- compañeros en igualdad con
el resto de la naturaleza. Los diferentes elementos del universo trabajando
juntos mantienen la naturaleza en un balance. Podemos modificar nuestro
ambiente por convenir a nuestros propósitos hasta cierto punto,
pero no podemos cambiar su estructura básica. Los problemas ambientales
que experimentamos hoy pueden describirse como mecanismos de ajuste que
mantienen a la tierra en orden. Como el cuerpo humano, la tierra es una
entidad auto-sanativa y tenderá a cerrar las heridas inflingidas
sobre ella. Así también como el cuerpo humano, la tierra
reaccionará drásticamente ante los profundos niveles de
daño a que la mantenemos. Pero aun tenemos que entender estos procesos
(30).
No
habría vida en esta tierra sin aire y agua. Estos son los regalos
elementales básicos dados a nosotros por el Uno que nos llevó
a la vida. Pero, hay otro `elemento` que es enteramente de nuestra propia
hechura, y que hemos hecho casi tan indispensable como el aire y el agua.
Es el dinero, o mejor el tipo de dinero que hemos conspirado para llevar
a la existencia en el mundo moderno. Uno advierte cada vez más
valoraciones interesantes de esto, como en el ejemplo siguiente –
A
pesar de toda su febril actividad, el dinero permanece como un símbolo
desnudo sin valor intrínseco y sin vínculo directo a nada
específico (31).
El
dinero ha venido a ser reconocido como un mero signo y hay algo casi mágico
acerca de la manera en que el dinero es creado. Ningún otro producto
funciona siquiera casi de la misma manera. El dinero proporciona un incremento
a través del uso; se expande a través de la deuda. Cuanto
más préstamos, más tenemos. Cuánto más
deuda hay, es cuando hay más (32).
Estas
señales de valor que creamos de la nada y usamos cada día
crecen exponencialmente ad infinitum. Pero sabemos que la naturaleza,
que está sujeta a un drástico agotamiento de recursos, tiene
límites y es finita. Ésta ecuación está desequilibrada
y la cuestión es por cuánto tiempo podemos continuar creando
esta infinita cantidad de signos financieros para explotar los recursos
tangibles y reales de un mundo finito. Visto desde esta perspectiva, el
dinero, tal como el mundo moderno lo ha concebido, asume las características
de un virus que se sacia en la fábrica del planeta. Las consecuencias
de esto se tornan visibles en la degradación ambiental.
Este
sistema mágico sufrió una metamorfosis en 1971 cuando el
Presidente Nixon abandonó unilateralmente el patrón del
oro. El fondo de este hecho se discute más adelante. Es suficiente
decir por el momento que, al abandonar el patrón del oro, dirigió
el mundo hacia un nuevo estándar: el estándar del interés
(33).
Es
generalmente conocido que el Islam prohíbe la usura o el tomar
un interés y el término usado en el Corán para esto
es riba (34). Este término tiene varias connotaciones. Dicho de
manera simple, significa que uno no puede tener algo de nada. Así,
la riba también es vista como la prohibición de la libre
creación del crédito. El Corán denuncia estas prácticas
vehementemente y podemos ver porqué de la discusión que
sigue.
Los
que comen usura no se levantarán [de sus tumbas, el Día
del Levantamiento} sino como se levanta en un ataque de locura el que
ha sido tocado por el Shaytán.
Al Quran 2: 275
¡Vosotros
los que creéis! Temed a Allah y renunciad a cualquier beneficio
de usura que os quede, si sois creyentes.
Y si no lo hacéis, sabes que Allah y su Mensajero os han declarado
la guerra.
Al Quran 2: 278, 279
Ninguna otra proclamación en el Corán alcanza este grado
de dureza (35).
Los
Acuerdos de Bretón Woods concluidos en 1944 como parte del proceso
de reconstrucción de post-guerra pusieron al dólar en una
plataforma central a donde todas las otras monedas comerciales se vincularon
en un sistema de tasas de cambio establecidas. El mismo dólar tenía
su valor firmemente vinculado al oro. Uno de los efectos de este sistema
es que mantuvo los precios estables toda vez que la moneda distribuida
estaba en equilibrio con la economía real. En Agosto de 1971 el
Presidente Nixon rechazó este acuerdo y desacopló el dólar
del oro básicamente por razones internas.
Kurtzman dice de esto –...
cerrar la ventana del oro, aunque esto haya estado sepultado en medio
de una larga listilla de cambios de política económica básicamente
inútiles, representa el más grande reto al mundo económico
desde la gran depresión ... Fue un cambio de proporciones monumentales
que no sólo redefinió la moneda sino que creó la
oportunidad para acelerar dramáticamente el ratio al cual las transacciones
entre las compañías tomaban lugar. ... Esto también
inició el proceso de desacoplar la economía “monetaria”
de la economía “real”. Como resultado de ello, dos
décadas luego, la economía monetaria, donde las transacciones
tienen lugar puramente por beneficios financieros o especulativos, y la
economía real, donde los materiales en bruto del mundo, bienes
y servicios son producidos y comerciados, están seriamente fuera
de balance. Éste fue el legado económico de Nixon (36).
Para
Nixon fíjense en Bush y para Bretón Woods fíjense
en Kyoto. El punto es que el interés nacional tiene el rol supremo
y tiene prioridad sobre el resto del mundo aun a costa del resto del mundo,
ya se trate del comercio o el medio ambiente. Lo que es aún más
importante, el mundo entero ha sido ahora absorbido hacia el torbellino
del dólar en una maniobra que representa la antítesis de
la democracia. Ningún Estado, a despecho de su complejidad política,
se encuentra ahora libre de las maquinaciones del sistema financiero internacional
manejado por el dólar. Así como trillones de dólares
flotan pasajeramente en el ciberespacio cada día, 1.2 millones
de personas (según un estimado de la PNUA) viven con menos de US
$ 1 por día.
Seis
trillones de dólares al día se mueven en el mercado monetario
internacional. Cada banquero serio que conozco me dice extraoficialmente
que el 95% de todo ello es solamente papel (más como signos en
la computadora), es nada más que inflación, es nada más
que cosas que se andan moviendo por ahí al estilo de la tradición
de burbuja del Mar del Sur. Y de hecho el crecimiento del mercado internacional
monetario es una de las principales cosas que bloquea nuestras economías,
bloquea nuestras sociedades, empobreciendo nuestras sociedades (37).
El
dinero ahora es una mera abstracción. Es un pensamiento desconcertante
que la integridad de nuestras vidas se construyan sobre esta ficción
y es esta ficción la que hace posible la globalización y
la que hace al Desarrollo Sostenible, tal como sus promotores la han definido,
prácticamente imposible de alcanzar. Kurtzman observa: 'la
economía financiera altamente tecnificada con sus cíclicos
booms y caídas y su volatilidad diaria, ha tomado a su cargo casi
completamente la economía real. Para la humanidad en general, ésta
es una nueva e incierta condición' (38).
Los
analistas han llegado a la conclusión de que la economía
mundial está creciendo exponencialmente – que se está
duplicando periódicamente como un reflejo directo de cuánto
dinero se crea (lo que se discutió precedentemente). ¿Es
entonces sorprendente que haya una crisis ambiental? El crecimiento exponencial
de riqueza no real ha causado el crecimiento exponencial de la actividad
humana, incluyendo la investigación científica, la innovación
tecnológica y la producción industrial. No debería
buscarse mucho para concluir que los magos están manipulando nuestras
vidas a gran escala. Estamos ahora gobernados por los fraudes rutinarios
cometidos por los bancos y las financieras auxiliados por el sistema político
cómplice de los mismos. Esto no presenta a los musulmanes excusa
alguna visto desde nuestro impacto propio a este proceso. Shaykh `Abd
al-Qadir as-Sufi, uno de los pensadores musulmanes más importantes
de nuestro tiempo, observa que el Estado democrático es la industria
de servicios de los bancos.
El
Reporte Millenium de la PNUA observa el futuro con alguna alarma –
'...
el ecosistema global humano está amenazado por graves desequilibrios
en la productividad y en la distribución de los bienes y servicios
... la progresión sostenible de extremos de riqueza y pobreza amenaza
la estabilidad de todo el sistema humano ... el mundo está cambiando
aceleradamente [el énfasis es del autor], con una administración
ambiental internacional coordinada que se aísla detrás del
desarrollo económico y social. Los beneficios internacionales de
la nueva tecnología y las políticas están siendo
superadas por el paso y la escala del crecimiento de la población
y el desarrollo económico. Los procesos de globalización
que están influenciando tan fuertemente la evolución social
necesitan dirigirse con el fin de que resuelvan más bien que agraven
los serios desequilibrios que dividen al mundo hoy' (39).
El Desarrollo Sostenible es un intento de parar el torrente y representa
uno de los mayores tópicos actuales de la modernidad. Al buscar
una adaptación con la globalización aquellos que hablan
en beneficio de la sostenibilidad reconocen su impacto maligno y llaman
a una redirección de las influencias que ejerce en el mundo hoy.
También es bueno saber que en la modernidad, estamos tratando con
una entidad que hace imposible para los musulmanes, ya se trate de individuos
o de las naciones estado, dar expresión al aspecto normativo del
Islam. Este modelo, del que no somos parte inevitable, está como
hemos visto en conflicto directo con dos fundamentos que constituyen la
perspectiva islámica. Esta condición puede ser descrita
como una psicosis en la sociedad islámica. Por un lado ésta
se aferra a mantener su fuerte conexión con el Islam, mientras
que por el otro lado persiste en saborear los frutos de un orden globalizado
dirigido por principios que son un anatema al mismo y que más aun
no son de su propio bagaje (40).
Estamos
viviendo ahora en un mundo ilusorio y no hay que ser musulmán para
darse cuenta de ello. De hecho muchos de los análisis incisivos
del estado actual del mundo provienen, salvo raras excepciones, principalmente
de quienes no son musulmanes, aun cuando el Islam da el más claro
entendimiento de la condición actual. Toda la evidencia muestra
que estamos amarrando nuestros futuros aun más firmemente a una
civilización colapsante. Claramente hay un tema de paradigmas en
conflicto; uno basado en la dominación del hombre sobre la naturaleza
y la manipulación de la codicia a través de dinero pasajero,
y el otro basado en la sumisión a la voluntad del Creador y el
comportamiento de transacciones con lo que es real.
¿Cómo
pueden los musulmanes adaptarse a lo primero? Los musulmanes han estado
haciendo ello durante cerca de los últimos 200 años al extremo
de que la shariah ahora es una fuerza moribunda, si es que no muerta.
Por ejemplo, aun en los países que claman ser islámicos,
el sistema de awqafs que sirvió bien a los musulmanes durante siglos,
proveyendo escuelas, hospitales y auxilio a los necesitados es ahora reemplazado
por empresas inmobiliarias basadas en el riba. A otro nivel, es interesante
notar que los esfuerzos hechos para enfrentar el reto de la degradación
ambiental en los países islámicos son realizados por agencias
seculares. Se ha olvidado que en la profundidad de la matriz de la shariah
existen instituciones que pueden efectivamente tratar con estos problemas.
Ésta
es la crítica, pero qué podemos ofrecer los musulmanes como
soluciones viables. El clima político internacional actual ofrece
tal vez una buena posibilidad para reevaluar nuestra posición en
el conjunto de la humanidad y afirmar nuestra autoridad una vez más.
Los temas que hemos discutido en este ensayo van al corazón de
asunto – el resplandor y el deslumbramiento de la modernidad son
insostenibles. Nuestras respuestas y nuestras prioridades deberían
estar basadas en la autoridad moral de lo que está basado en el
servicio a la humanidad –
Para
que de vosotros surja una comunidad que llame al bien, ordene lo reconocido
e impida lo reprobable.
Esos son los que cosecharán el éxito.
Al Qur`an 3:104
Hay
cerca de 1.3 y 1.6 mil millones de musulmanes en el mundo actualmente
( depende de quién es el que hace los cálculos) y esto puede
ser una fuerza masiva para el bien.
Se
dice que la idea de Desarrollo Sostenible, como se ha desarrollado hoy
en día, contiene tres pilares, el social, el económico y
el ambiental. Mientras la gente lucha por esta idea e intenta que se realice,
nosotros necesitamos considerar otras alternativas. Forma de Vida Sostenible
[Sustainable living] suena una propuesta más realista y parecería
ser la manera como la gente siempre ha conducido sus vidas diarias antes
de que la naturaleza fuera objeto de una agresión masiva en nombre
del desarrollo y se volviera un recurso explotable. Para los musulmanes,
la forma de vida sostenible está basada en la Fitra – el
paradigma natural de la creación de Allah Ta`ala, y añadiendo
lo espiritual y lo político a los tres pilares del Desarrollo Sostenible
harían de éste un verdadero concepto islámico. Estos
cinco pilares de hecho definen las externalidades del sistema islámico
y equilibran los clásicos cinco pilares de la práctica individual.
Hay
una urgente necesidad de cambio y uno siente esto al leer los reportes
de la propia PNUA. Los musulmanes podemos actuar como catalizadores y
líderes respecto a este cambio, trabajando desde principios islámicos
y ofreciéndoselos al mundo entero. Nuestro mayor esfuerzo debería
ser el establecimiento de sistemas financieros y de comercio basados en
la sharia porque aquí es donde descansa hoy el problema. Hay un
sistema islámico monetario, usado y comprobado, basado en el Dinar
de Oro y el Dirham de Plata y el líder de esta propuesta hoy es
el movimiento mundial Morabitun. Esto es aún algo pequeño
y está en su infancia, pero está creciendo. La moneda islámica,
como sea, no es un monopolio. Es a la vez global y local y es acerca de
personas y no acerca de beneficios. Eso está disponible para todos
y puede ser desarrollado por cualquier grupo musulmán en cualquier
lugar, teniendo en mente que el ejemplo ya ha sido hecho. No debería
olvidarse que el Kruger Rand podría ser una fuerza que debería
tomarse en cuenta en las transacciones internacionales. Es una paradoja
de nuestros tiempos que las personas de buena gana cambien el oro por
papeles simbólicos sin valor y deberíamos aprender de los
ejemplos de Argentina y de Uruguay, cuya gente hoy ha sido separada de
su riqueza real.
Hay
necesidad de dos estrategias, una que podría ser adoptada por minorías
musulmanas viviendo en países como Sud África, y otra para
los países islámicos en sí mismos, cuyo campo de
acción para una acción positiva y una experimentación
con la sharia es considerable. El establecimiento de la Fundación
Nacional Awqaf de Sud África es un excelente ejemplo de lo que
puede ser hecho por las minorías trabajando con las leyes de los
países en los que viven. También es posible adaptar las
instituciones de la sharia dentro de los sistemas administrativos seculares.
Estamos conduciendo un experimento en otra parte de África en donde
una zona de conservación marina está siendo tratada como
hima. Éste es un tipo de zona natural protegida que está
casi extinta en el mundo islámico. El campo de acción es
considerable.
Los
países musulmanes necesitan ahora aspirar aire libre de aquellas
partes de la sharia que tratan el comercio y la protección ambiental.
La Organización de Países Islámicos debería
considerar urgentemente el reestablecimiento del sistema islámico
del comercio, que ha servido bien a los musulmanes durante siglos. Debería
estar abierto a todo aquel que desee participar y ser cualquier cosa menos
hegemónico y debe separarse el comercio de los efectos hipnóticos
del ilusorio mundo de las finanzas globales. Esto puede poner en acción
los movimientos necesarios para un cambio en la dirección que el
mundo está esperando. El comercio islámico es un comercio
sostenible para una forma de vida sostenible.
Nuestra
tarea no es sino proporcionar el tipo de liderazgo que dará una
esperanza fresca al mundo.
Allah
Ta`ala dice en el Qur`an Al Kareem –
En
la tierra hay signos para los que tienen certeza.
Y en vosotros mismos. ¿Es que no vais a ver?
Al Qur`an 51:20,21
_________________
1. UNEP, Global Environment 3, UNEP, 2002. [ver nota
de asterisco siguiente –n.t.-]
* Nota del traductor: United Nations Environment Programme (UNEP), es
el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en adelante
PNUA.
2. PNUA, Síntesis GEO 3, PNUA, 2002.
3. Op. Cit.
4. The Independent (UK), 12 August 2002, “Desencuentros ministeriales
respecto a la agenda para las conversaciones ambientales”•.
5. Economist, 4 JUly 2002, “The Great Race”.
6. Reporte de la Comisión Mundial en Medio Ambiente y Desarrollo
– Nuestro Futuro Común (popularmente conocido como el informe
Brutland), Oxford University Press, 1987.
7. Balmford et all, Conserving Wild Nature in Science, 9 agosto de 2002.
8. Ver http//www.Globalexchange.org/economy/rulemakers/toptenreasons/html
9. Ralston Saul, Democracy and Globalisation, transcripción de
una conferencia realizada en la Universidad de New South Wales, Sydney,
Australia, enero de 1998.
10. Op. Cit.
11. PNUD, Informe sobre Desarrollo Humano, 2002.
12. Wolgang Sachs (ed), The Development Dictionary, Witwatersrand University
Press, Johannesburgo y Zed Books y Londres. Ver “Mercado”,
por Gerald Berthoud.
13. Op. Cit. Nota 12; ver “Pobreza”, por Majad Rahnema.
14. Joel Krieger (ed), The Oxford Companion to the Politics of the World,
Oxford University Press, 1993. Ver “Modernidad”, por Zygmunt
Bauman.
15. Fazlun Khalid, An Islamic Critique of the Root Causes of Environmental
Degradation, ensayo enviado a la Conferencia en Islam y Ecología,
Harvard University, 1998, a ser publicado.
16. Serge Latouche; In the Wake of the Affluent Society; París
1991; Zed Books, Londres, 1993.
17. Op. Cit. Nota 14.
** Nota del traductor: en el original: perceived nacional interest.
18. Op. Cit. Nota 11.0
19. Op. Cit. Nota 1.
20. Op. Cit. Nota 1.
21. Op. Cit. Nota 1.
22. Michael Carley y Phillippe Spapens, Sharing the World – Sustainability
and Global Equity in the Twenty first Century, Earthscan, Reino Unido,
1988.
23. Op. Cit, 1.
24. Fazlun Khalid, Islam and the Environment, Vol. 5 Encyclopaedia del
Cambio Global Ambiental, John Wiley e Hijos, Chichester, Reino Unido,
2002.
25. La traducción del Qur`an usada es la de Bewley A and A (1999)
El Noble Corán. Bookwork: Norwich, Inglaterra. [Nota del traductor:
La versión del Corán usada para el español es: El
Corán. Traducción Comentada. Traductor Abdel Ghany Melara
Navío. Nuredduna Ediciones, España. 1988. En esta traducción
la aleya citada es 40:57 De ahora en adelante, las citas del Corán
tendrán la numeración de esta edición en español]
26. Tarnas, R. The Passion of the Western Mind, Lonres: Pimlico, 1996.
27. Theodore Adorno y Max Horkheimer, Dialectic of Enlightnement, O New
York Continuum, 1993 (originalmente publicada como Dialektik der Aufklarung,
1944). Véase también: Encyclopaedia of Life Support Systems
6.23.3.3, Simo, Imperialism, Resistance and Culture, Sección 4.2,
Mankind and Nature.
28. Seyyed Hossein Nasr, Man and Nature, Unwin Paperback, Londres 1990.
29. Gough, John (ver ensayo) Rene, “What have You Wrought?”
en The New Internationalist, No. 333 (Reino Unido: Abril de 2001).
30. Khalid, Fazlun, Qur`an, Creation and Conservation, Islamic Foundation
for Ecology and Environmental Sciences, Birmingham, Reino Unido, 1999.
31. Kurtzman, J., The Death of Money, Little, Brown & Co., Boston,
Estados Unidos, 1993.
32. Op. Cit.
33. Op. Cit.
34. Para una evaluación del interés ver Diwaney T.E.El (1997)
The Problme UIT Interest, Ta Ha, London.
35. Op. Cit. Nota 24.
36. Op. Cit. Nota 31.
37. Op. Cit. Nota 9.
38. Op. Cit. Nota 35.
39. PNUA, Global Environmental Outlook 2000, Earthscan, Londres, 1999.
40. S.N. bin Syed Kamarulzaman y Sharifah Munirah Alatas (eds), The Impact
of Globalization on the Islamic World: Issues and Challenges in the 21st
Century, Instituto de Diplomacia y de Relaciones Exteriores, Kuala Lumpur,
Malasya, 2001. Ver el capítulo 10, Fazlun Khalid, Islam, Globalization
and Ecology. |